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El PSOE abandona a los animales víctimas de la tauromaquia

09-10-2025

El Pleno del Congreso rechazó este martes la toma en consideración de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) No Es Mi Cultura, que proponía derogar la Ley 18/2013 que declara la tauromaquia como patrimonio cultural. La iniciativa, avalada por 664.777 firmas válidas, se topó con la abstención clave del PSOE, lo que sumó de facto votos al rechazo del PP, VOX y UPN y condenó a la ILP a no iniciar su trámite parlamentario.

El PSOE abandona a los animales victimas de la tauromaquia

El PSOE abandona a los animales victimas de la tauromaquia | Foto: #ILPNoEsMiCultura

La votación terminó con 169 votos en contra, 57 a favor y 118 abstenciones. Los grupos progresistas y nacionalistas que impulsaron la iniciativa argumentaron durante el debate que la cuestión no es solo jurídica sino ética: “el maltrato animal no puede ser cultura”, defendieron representantes de Sumar y Podemos.

El pasado 23 de septiembre, cuando la propuesta antitaurina llegó a la Comisión de Cultura del Congreso, el portavoz del PSOE, Marc Lamua, defendió que su grupo votaría a favor de que se la tramitación siguiera porque, de lo contrario, «se estaría negando el debate en la casa de la palabra». 14 días más tarde, y hasta horas antes de la votación final, los socialistas se abstuvieron en el Pleno de la Cámara Baja tumbando así la propuesta. No habría debate.

Según señalan diversas fuentes consultadas por el periódico El Mundolas federaciones de Castilla-La Mancha, Castilla y León, País Vasco y Extremadura pusieron su maquinaria a trabajar para evitar que los socialistas se metieran en ese debate. Diputados de esas cuatro autonomías mostraron su descontento a la dirección del Grupo Parlamentario por permitir que la ILP siguiera su camino en el Congreso.

Barones, como Eneko Andueza o Emiliano García Page, hicieron lo mismo con Ferraz. Al parecer, se prefirió votar contra la democracia en lugar de mostrar un partido fracturado internamente por el tema de las corridas de toros, teniendo en cuenta las próximas elecciones autonómicas y el probable adelanto electoral en España.

«Hay que recordar que muchos votantes socialistas son taurinos y lo que hemos hecho es expresar que meternos en esa batalla ideológica ahora era un error», apuntan en otra.  Este miércoles, en una intervención en Toledo, el propio Page hizo público que él era uno de los que había pedido al partido frenar su apuesta por la ILP.

«Me alegro de que por una vez nos hayan hecho caso en Madrid y hayan cambiado de opinión, que haya habido una rectificación y que donde se pretendía iniciar una carrera sin freno para ponerle la prueba a otra de las señas de identidad del país se frenara».

Para los promotores de la ILP, la decisión del PSOE supone una traición a la voluntad ciudadana. Aïda Gascón, coordinadora de la Red Internacional Antitauromaquia de España, directora de AnimaNaturalis en España y miembro de la Comisión Promotora de la ILP, denunció que “mientras una mayoría defendía la compasión, el PSOE ha preferido dar la espalda a la ciudadanía para no incomodar a sus sectores más conservadores. Hoy, lamentablemente, ha ganado la crueldad”.

La abstención del PSOE, lejos de ser un acto neutral, fue una decisión pragmática que funcionó como un veto silencioso, alineando estratégicamente con la derecha para proteger sus intereses territoriales y evitar la desintegración interna. Este movimiento confirma que, para el liderazgo actual, el mantenimiento de la cohesión federal y la defensa del capital social asociado a a tauromaquia en territorios rurales como
Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, y Castilla y León, tienen mayor prioridad que la coherencia ideológica con sus socios progresistas en el Gobierno de Coalición.

El PSOE, por su parte, defendió su abstención como una decisión de responsabilidad y equilibrismo político. La portavoz socialista, Maribel García López, sostuvo que “la cultura no se impone ni se deroga por decreto” y apeló a la pluralidad social como argumento para no apoyar la tramitación. Para muchos analistas y para el movimiento animalista, esa explicación no basta: consideran que el PSOE eludió una decisión de fondo para evitar tensiones internas y electorales.

Progreso ético

Los partidos que defendieron la toma en consideración de la ILP se unieron bajo la bandera del progreso ético, tachando la tauromaquia de anacrónica y cruel.

Desde Sumar, su portavoz, Nahuel González, marcó la línea abolicionista con una sentencia directa: «Hoy se debate si en este país se sigue protegiendo la tortura como patrimonio o si, de una vez por todas, decidimos ponernos del lado de la empatía, del progreso y de la cultura viva»González insistió en que la iniciativa no buscaba la prohibición, sino devolver la soberanía a los territorios:

«Esta ILP no impone nada. Solo devuelve la libertad a las comunidades autónomas para decidir si quieren financiar o no la tauromaquia».

Martina Velarde (Podemos) secundó esta postura, afirmando que «no puede ser que en pleno siglo XXI, en plena era de la inteligencia artificial, pues haya gente que todavía siga disfrutando con el dolor y el sufrimiento de un animal de carne y hueso​​​​​​». Por su parte, Etna Estrems (ERC) apeló al sentir social mayoritario: 

«La cultura europea de hoy es derecho, es respeto y es bienestar animal. Nosotros, y yo en particular, lo tenemos muy claro. La tauromaquia no es cultura, es crueldad, es maltratamiento animal y es inaceptable».

La posición de JuntsPNVEH Bildu y BNG se alineó en la defensa de la autonomía territorial, pidiendo que la regulación «pase de nuevo a manos de las organizaciones autonómicas y locales», revirtiendo la imposición centralista de 2013. El portavoz de PNV, Joseba Agirretxea , lanzó la pregunta:

«¿Cómo se puede impedir que una comunidad autónoma o varias decidan algo que, aunque tengan la competencia para ello, no gusta a quien está gobernando en Madrid?».

En paralelo, el PP VOX celebraron el fracaso de la ILP y defendieron la tauromaquia como “tradición” y pilar identitario, calificando la iniciativa como un supuesto ataque a la libertad cultural.

Más allá de las palabras, el resultado reaviva una pregunta política y social central: ¿qué canal democrático queda cuando una movilización ciudadana puede quedarse en la antesala del Congreso sin iniciar siquiera un debate parlamentario? La respuesta es reclamar mayor valentía política y mecanismos que traduzcan la presión social en reformas efectivas.

Siguientes pasos

El anuncio del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, de que “ya están hablando con los promotores de la ILP… para ver de qué manera podemos volver a llevar esto al Congreso” reconfigura el relato público tras la inesperada abstención del PSOE que impidió la toma en consideración de No Es Mi Cultura. Urtasun calificó de “incomprensible” el cambio de criterio socialista, habló de un “grave error” y lanzó un mensaje rotundo: “No vamos a permitir que siga habiendo en 2025 una ley que blinde la tortura animal”. Al mismo tiempo, altos cargos de Sumar y Podemos —como Yolanda Díaz e Ione Belarra— salieron en redes y en prensa a criticar con dureza la decisión del PSOE.

Frente al gesto ministerial, la reacción de la comisión promotora fue inmediata y contundente: Gascón habló de “vergüenza” y aseguró que el PSOE ha “fallado una vez más a los animales” y ha perdido “toda la credibilidad” ante el colectivo de defensa animal.

Fuente: AnimaNaturalis España